Hablar de Jesús de Candelaria es hilvanar historia y leyenda, es hablar de una tradición de fe que se vive en Guatemala desde hace más de 450 años.
Jesús de Candelaria identifica nuestra nacionalidad criolla, nuestra religiosidad popular, nuestra historia, nuestro catolicismo.
Muchos han sido los intentos por ubicar a la consagrada imagen de Jesús de Candelaria, a través de las distintas épocas, siempre durante el período colonial, pero muy variadas en cuanto a las teorías que diversos historiadores han manejado.
Una de las más recientes, basándose en los libros de inventarios existentes, propone a Juan de Chávez como su autor en el año de 1825.
Pero otros datos históricos rápidamente echan por tierra tal pensamiento. El Arzobispo e historiador Francisco de Paula García sugiere a Mateo de Zúñiga, de quién sí se sabe hizo a Jesús de la Merced, como el escultor de Jesús de Candelaria por el año de 1640. Pero los rasgos escultóricos entre ambas imágenes demuestran lo contrario.
Sin embargo y más acertadamente, el historiador Víctor Miguel Díaz, lo atribuye al insigne Juan de Aguirre originario de Málaga, España; quién llegó a Guatemala por el año 1554, procedente del Perú, conocido por su fama en la habilidad y destreza en el arte de la escultura, y quien recibió la inspiración divina del Espíritu Santo, al brotar de sus manos la imagen de Jesús hacia el año de 1563; Juan de Aguirre murió en el convento de San Francisco siendo lego.
Esta teoría es la más aceptada por que hay pruebas que así lo van confirmando, la primera es una bella historia del ilustre obispo Francisco Marroquín, defensor de los indígenas y precursor en la defensa de los derechos humanos, que corre paralela a la aparición de Jesús de Candelaria entre los guatemaltecos, ya que por encargo del Obispo Marroquín, Juan de Aguirre realiza magistralmente la imagen perfecta del hijo de Dios.
Se cuenta que precisamente en 1563, el Viernes de Dolores, los seguidores del Obispo acudieron a rezarle, porque prácticamente el Obispo agonizaba, y fue tal su impresión de ver a Jesús derramando lágrimas de dolor por el Obispo; que fueron por todos los pueblos aledaños a propagar la noticia, que Jesús de Candelaria lloraba por el Obispo Marroquín. Fue mayor el asombro cuando a los pocos días, el Viernes Santo, murió el jerarca de la iglesia.
Su tez morena de sangre criolla, sus labios a perpetuidad entreabiertos, sus ojos verdes, su mirada hacia el frente y su abnegación abrazando el pesado madero, describen al Nazareno de la Serena Mirada, que ha sido inspiración de artistas, músicos, pintores, artesanos y del pueblo guatemalteco, que cada Jueves Santo acude a recibir sus santas bendiciones, durante sus 19 horas de trayecto procesional.
Se tienen datos de la bendición de la imagen de Jesús en el año de 1628, por el Obispo de Mira, Fray Ángelo María, de la Orden de Nuestra Señora de la Merced. Este era un acto especial, por lo que la imagen debió haber sido venerada muchos años antes, para que se pudiera realizar.
Al referirnos a fechas importantes, ubicamos dos datos muy reveladores y contrastantes con aparentes hallazgos definitivos: Uno de ellos, el breve pontificio del Papa Inocencio XI del año de 1677, que resuelve un viejo conflicto entre las cofradías de indios de la Iglesia Santa María de la Candelaria y de los nobles o españoles de la Iglesia de Nuestra Señora de La Merced, cuya dispocisión deja la procesión de Jesús de Candelaria en día Jueves Santo, el día eucarístico, por ser una imagen mística. Mientras que por mostrar Jesús de La Merced la agonía de la pasión de Cristo camino al calvario y su perfección escultórica, lo asigna para seguir saliendo el día viernes santo.
Desde entonces quedó delimitado el día de procesión de ambas hermandades o cofradías. Aquí se observa un dato interesante… En este documento Papal se menciona que la procesión de Jueves Santo sale desde tiempos inmemorables, lo que implica que si los devotos mayores no recordaban de cuando databa la procesión, aún por tradición oral contada por sus abuelos; Esto quiere decir que Jesús de Candelaria salía ya en procesión por lo menos 100 años atrás, lo que refrenda su hechura a mediados del siglo XVI, como decíamos muy cerca de 1563.
Otro dato posterior, es la procesión de rogativa de 1733, en la cual Jesús de Candelaria sale a recorrer las calles empedradas del Valle de Panchoy en la Antigua Guatemala, para pedir que cesara la terrible enfermedad de la viruela que había cobrado ya muchas víctimas. Esta es de las contadas ocasiones en que Jesús de Candelaria históricamente ha salido en procesión en un día que no sea Jueves Santo.
Se conocen tres fechas precisas y relativamente recientes, en el siglo XX. Pero vemos como Jesús de Candelaria tenía una enorme trascendencia, y es escogido como la Imagen de Nazareno, para salir en procesión de rogativa por todas las iglesias de la antigua capital del reino.
Lo cual ubica a Jesús de candelaria con una gran devoción de muchos años atrás y no de unos pocos años como para haber sido burilado en 1825.
Los terremotos de 1773, obligan la traslación de la capital al Nuevo Valle de la Virgen, y la mejor manera de hacer que los pobladores dejen su tierra, es llevándose a las imágenes de su devoción.
Es así como tras largo peregrinar, y con enormes dificultades se traslada a la imagen de Jesús, junto a la de la Virgen de Los Dolores del Cerro, otras imágenes entre ellas probablemente la de la patrona, la Santísima Virgen de Candelaria, junto a cálices, copones, coronas y las varas de cofradía de Jesús Nazareno, cuya inscripción o grabado junto al quinto real de su autenticidad, así lo demuestran, al igual que las coronas de la Virgen de Candelaria que revelan su hechura justo en el año 1700.
No cabe duda que el traslado debió haber costado mucho, y la procesión de JuevesSanto no se pudo organizar nuevamente sino hasta el año 1820. Pero desde entonces empieza a cobrar una gran fuerza entre los devotos, siendo una de las principales imágenes a la llegada del siglo XX. Tanto se había extendido su devoción popular, tanto se hablaba de sus milagros, y tanto era admirada su belleza escultórica que en el año de 1917 el Arzobispo de Guatemala decide Consagrarlo, en ceremonia especial la tarde del sábado 3 de febrero de 1917.
Solo 10 años habían transcurrido, cuando su santidad el Papa Pío XI, declara Universal la Fiesta de Cristo Rey, nombrándose a Jesús de Candelaria en Guatemala, bajo tal advocación; que lo ha identificado así ya por mas de 80 años. La procesión, que como vemos es muy antigua, ha sufrido muchas transformaciones, pero siempre ha sido muy importante.
No cabe duda que el Siglo XX marcó un gran crecimiento en cuanto a sus devotos cargadores, andas y recorrido procesional, pero de acuerdo a las distintas épocas, el cortejo de Jueves Santo siempre ha sido de gran trascendencia para los guatemaltecos.
Por eso decimos que no puede haber Jueves Santo sin Eucaristía Sagrada, y que no puede haber Jueves Santo en Guatemala sin Jesús de Candelaria.